Trabajar en turnos nocturnos puede desorientarte y molestarte, especialmente al principio.
¿Trabajas de noche?, desde Workima queremos darte unos consejos para sobrevivir.
Estos consejos pueden ayudar con el proceso de adaptación si trabajas de noche.
No necesitas un master de ciencias para descubrir que las personas necesitan dormir. Pero innumerables investigaciones apuntan a la misma conclusión: la falta de sueño puede causar una amplia gama de problemas de salud física y mental, desde el mal humor hasta la depresión y la enfermedad cardíaca. E idealmente, los humanos deberían dormir por la noche y mantenerse activos durante el día.
Pero, ¿qué pasa si tu trabajo no permite un ciclo de sueño natural? El personal de salud y los trabajadores por turnos a menudo se encuentran llegando a casa cuando todos los demás se están levantando de la cama, y aunque esto puede ser incómodo y desorientador, existen pocos recursos institucionales disponibles para ayudar a los trabajadores más nuevos a lidiar con los efectos. Si trabajas de noche esto te interesa:
1. Haz planes de futuro a largo plazo
Puedes mantener este estilo de vida, por ahora. Estos turnos pueden ser tu mejor y única opción. Pero si sabes que no puede vivir así para siempre, elije un punto en el futuro cuando estés seguro de que el estilo de vida que llevas actualmente deba parar.
Hazle saber a tu jefe que tendrás que cambiar a turnos diurnos en un plazo de seis meses o un año, y si esto no sucede, ten un plan en mente para buscar trabajo en otro lugar. (Para cuando llegues a este plazo, es posible que se haya ajustado).
2. Prueba yoga
La sugerencia puede parecer desdeñosa, pero asistir a una clase de yoga incluso una vez a la semana puede tener beneficios notables. Mientras haces esto, haz un esfuerzo deliberado para comer alimentos más saludables (que incluyan verduras de hoja verde y granos integrales) y haz ejercicio al menos 10 minutos todos los días.
3. Encuentra a alguien con quien hablar
Es posible que no necesites un terapeuta con licencia, pero encuentra a alguien en su círculo de familiares y amigos que sepa cómo es trabajar de noche. Apóyate en esta persona cuando necesites compartir lo que estás pasando. La experiencia puede ser surrealista y aislante, y tus compañeros de trabajo pueden ser reacios a hablar de ello, ya que (como usted, probablemente) no quieren publicitar sus desasosiegos.
4. Respeta tu sueño diurno e insiste en que los demás lo respeten también
Si tus hijos, cónyuge o compañeros de cuarto no pueden dejarte en paz durante el día, habla seriamente con ellos sobre lo que está pasando y ten claro qué necesitas de ellos (por ejemplo, un espacio más tranquilo, menos luz, una habitación).
5. Desarrolla rituales que marquen la distinción entre “noche” y “día”
Cuando te despiertes, sigue una serie de comportamientos que entrenan a tu cerebro para aceptar esta hora como “mañana”. Preparar café y hacer un ritual diario de desayuno puede ayudar. Algunos ejercicios matutinos también pueden ayudar. Mantén un patrón similar cada día.
6. Reconoce lo que te está pasando
Los cambios mentales y fisiológicos a menudo tienen efectos más dañinos cuando no se los espera o no se comprenden. Un repentino estallido de lágrimas, un enfado inexplicable o torpeza pueden no sentirse directamente relacionados con sus hábitos de sueño, y es posible que técnicamente no te sientas cansado cuando los experimente. Pero reconoce estos como los signos y síntomas del sueño interrumpido, y ten claro que cuando tu cuerpo se adapte al nuevo horario, es probable que disminuyan.