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Da valor a lo que dices

Comunicarnos nos permite avanzar en nuestras carreras y ser más influyentes.

Nuestra capacidad para expresarnos de manera articulada y convincente es quizá una de las herramientas más poderosas que tenemos. Da valor a lo que dices.

ENTONCES, ¿QUÉ SE NECESITA PARA SER UN BUEN COMUNICADOR?

Hay tres elementos esenciales: cómo actúas, cómo hablas, cómo te ves.

No es necesario que hayas nacido con el don de la palabra para ser un comunicador muy bueno. Al igual que la inteligencia emocional, esto se puede aprender. Solo requiere práctica, dedicación y autoconciencia. Y quédate con esta frase: Da valor a lo que dices.

Desde Workima queremos darte algunos consejos para que seas mejor orador:

1. Sé real

A veces, las conversaciones más refrescantes son aquellas en las que las personas admiten que están ansiosas o que no se sienten bien: aquellas en las que somos vulnerables. La gente genuina es gente memorable, así que no intentes demasiado ser un “tú” diferente.

2. Conéctate personalmente

Haz que tu mensaje sea importante para la persona del otro lado. A la mayoría de nosotros no nos importa lo que se dice a menos que resuene con nosotros en un nivel más profundo. Encuentra esa conexión personal y tócala.

3. Sé específico, simple y ve al grano

Albert Einstein dijo “Si no puedes explicarlo simplemente, no lo entiendes lo suficientemente bien”.

4. Escucha con empatía

La gente quiere ser escuchada. Quieren ser reconocida y quiere ser vista. La mejor forma de hacerlo es escuchando activamente y haciendo un reconocimiento empático. Esta es básicamente la capacidad de escuchar sin dar consejos y sin relacionarlo contigo. Todo lo que tienes que hacer es hacerle saber a la persona que la has escuchado.

5. Haz preguntas

Cuando preguntamos por el otro, les hacemos saber que nos preocupamos y también estamos ayudando a crear un espacio para que ellos hablen.

6. Practica la comunicación positiva: cambia “pero” por “y”

Lo que decimos y cómo lo decimos da forma a la dinámica de nuestras conversaciones. La mayoría de nosotros no nos damos cuenta de cómo ciertas palabras o formas de hablar pueden afectar en gran medida el resultado de nuestras interacciones. Por ejemplo, cuando usamos la palabra “pero” en una conversación, borramos automáticamente todo lo que se dijo anteriormente. CÁMBIALO:

Me encanta tu blog. Es informativo y divertido, pero podría ser un poco más práctico.

Me encanta tu blog. Es informativo y divertido y creo que hacerlo un poco más práctico mejoraría su impacto.

¿Notas una diferencia?

7. Piensa primero, habla después

Tengo la regla de que si alguna vez tengo un mal día, si no he dormido lo suficiente o simplemente no estoy de “humor”, todo lo que deseo comunicar, por correo electrónico, teléfono, texto o en persona, lo pospongo hasta el el día siguiente. Si al día siguiente sigo pensando lo mismo que quería comunicar, ya lo digo. Lo que sucede es que el 50 por ciento de las veces decido no decir nada. Reposar las cosas te da espacio para decidir realmente qué comunicar y hacer buenas elecciones.

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